Uno
de los senderos mas conocidos y cómodos de realizar en la sierra de Cadiz es
seguir la antigua calzada romana que une los pueblos de Ubrique y Benaocaz.
La
calzada de unos 3.4 kilomentros sube hasta
Benaocaz es un agradable paseo a través
de la sierra de Grazalema. El camino es ascendente, salvando un nivel de unos 400 metros y se encuentra
situado en el valle fluvial formado por las sierras del Benalfil y Aguasnuevas.
Si
iniciamos el sendero en Ubrique, buscaremos el convento o ermita de San Juan,
donde arranca un carril que por 800 metros no llevara entre casas y huertos.
Ya
en plena naturaleza, comienza a
vislumbrarse claramente la calzada romana que circula entre acebuches,
algarrobos y encinas, teniendo como testigos a macizos de roca caliza a ambos
lados.
Sobre
uno de estos macizos, en la izquierda, se encuentra el “Salto de la Mora” en
cuya cima se encuentra los vestigios de
la ciudad romana de Ocurri que dominaba el camino en aquellos tiempos.
En
el camino observamos algunas obras realizadas por ingenieros romanos, como esta
alcantarilla usada conducir las aguas superficiales de la lluvia que tanto
abundan en estas sierras y que podían destruir la via.
La
calzada romana se conserva en buen estado, pero
solo las capas inferiores, pues adolece de su capa final el pavimentum.
En el
último tramo, el sotobosque es la vegetación predominante con lentiscos y
retamas que suelen marcar los límites de la calzada, donde a ambos lados se observan prados y zonas de pastos.
En
Benaocaz, el sendero termina junto la
carretera A-2302, justo donde se encuentra la parada de autobús del pueblo.
Desde
este punto podemos observar, al frente, el contorno de la Sierra de la Silla y
hacia el Sur, los picos del Aljibe y del Picacho, ambos en el cercano Parque
Natural Los Alcornocales.
La
calzada romana entre Ubrique y Benaocaz un bonito y agradable paseo para
disfrutar en conjunción de la naturaleza e historia de la Sierra de Cadiz.
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